Mi fascinación por los escenarios oníricos e imposibles, hacen de Felisberto uno de mis escritores preferidos. Cuando leí La Casa Inundada no pude dejar de imaginarme el jardín, las tuberías, la mujer loca, (o con un sentido diferente de la cordura).
Sentí esa humedad. Me sumergí en la situación.
En varias instancias de experimentación con la programación de algoritmos y búsqueda de experiencias interactivas con la tecnología, tuve la ilusión de desarrollar algo en la que el usuario a través de una acción frente a la pantalla, pudiera ir descubriendo una situación que sucede en un plano diferente. Pensé en ventanas que conectan dos mundos aparentemente incompatibles. Algo onírico.
Esta obra me permitió darle un sentido a esa idea.
Intento, a través de esta instalación, llevar al espectador a una situación irreal, donde se convierte en el protagonista. Investirlo con de los poderes de El Acomodador y transportarlo a una situación de inmersión en un entorno, que bien podría ser la habitación de Margarita, dueña de La Casa Inundada.
Gabriel Turielle Hernández
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